Hace 150 años el papa Pío IX declaró a san José patrón de la Iglesia Universal. Con este motivo, el papa Francisco ha publicado la carta apostólica Patris Corde (corazón de padre) en la que se nos invita a celebrar este aniversario declarando 2021 como un año especial dedicado a san José, protagonista de la historia de la salvación, como intercesor ante Dios, apoyo en los tiempos de dificultad (pandemia actual) y guía. Durante este año y hasta el 8 de diciembre, la Iglesia concede Indulgencia Plenaria a quienes cumplan con las condiciones prescritas, a saber: Confesión sacramental, comunión eucarística y el rezo por las intenciones del papa. También se pueden obtener otras indulgencias orando por los desempleados, confiando el trabajo diario a san José, realizando obras de misericordia, meditar el Padre Nuestro durante media hora, etc. En este año debemos pedir su intercesión ante Dios, imitar sus virtudes (servicio a la familia, caridad, humildad, …) sin olvidar que san José es el Patrono de la familia, de los trabajadores y de la buena muerte. A mediados del siglo pasado, el papa Pío XII lo proclamó también patrón de los obreros declarando como festividad para este acontecimiento el primero de mayo. Sabemos por Mateo y Lucas que era carpintero, que desposó a María, que era un “hombre justo” que siempre hizo la voluntad de Dios, que fue testigo del nacimiento de nuestro Salvador, de la adoración de los pastores y de los Magos, que fue quien puso el nombre a Jesús, que escuchó la profecía de Simeón, que llevó a Egipto a María y al Niño para protegerlos de Herodes el Grande, que a su regreso vivió en Nazaret y que cuando Jesús cumplió 12 años lo llevó a Jerusalén, lo perdió y lo buscó lleno de angustia con María hasta que lo encontraron en el Templo. Por ello, san Juan Pablo II nos lo ha presentado como «el custodio del Redentor”. Desde el siglo XV celebramos su festividad el día 19 del mes de marzo, también el santo de los José, las Josefinas, los Pepe y las Pepitas.