Este año, en nuestra parroquia, el mes de María tiene un sabor diferente, porque el próximo 23 de mayo celebraremos la Coronación Canónica de la Imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, patrona de nuestro pueblo de Valdemorillo.

En efecto, el mes de las flores suele ser un tiempo en el que la Iglesia nos propone conocer más y mejor a la Virgen para, de esa manera, amarla más.

¿Qué nos impide, pues, regalar flores a nuestra Madre del Cielo todos los días del mes? Flores que broten del corazón puestas a los pies de María, a través de su plegaria favorita que es el Santo Rosario.

Esta veneración a la Madre de Dios lo hacemos en nuestra parroquia bajo la advocación de la Virgen de la Esperanza, pues María la Madre del Verbo encarnado fue concebida sin pecado original, y está en el Cielo en cuerpo y alma.

María, en compañía de san José, supo muy bien cuidar y custodiar a Jesús, y ahora nos cuida también a nosotros ayudándonos en nuestras necesidades e intenciones si nos esforzamos en vivir como verdaderos hijos suyos, hijos por los que intercede ante Jesús como medianera de todas las gracias.

En Valdemorillo tenemos una admirable devoción: la de rezar diariamente durante todo el mes el santo Rosario y las flores ante la imagen de Nuestra Señora. Pero no es suficiente quedarnos solo en eso. Debemos también pedirle a Ella que nos ayude a hacer lo que espera de nosotros: imitar sus virtudes y amar más profundamente a Jesús cada día de nuestra vida.

Como colofón del mes, celebraremos esa Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza con la presencia de nuestro pastor el Arzobispo de Madrid, D. Carlos Osoro. Es, por tanto, un acontecimiento muy especial para aprovechar las múltiples gracias que a través de nuestra Madre nos quiere regalar Dios, como la mejor y la más profunda ofrenda de nuestro amor.